Comentario
El rey de Egipto es el representante del dios Horus en la tierra y el enlace entre los dioses y los hombres. Posiblemente en épocas remotas, antes de la unificación, cuando el rey se hacía viejo, era considerado inútil porque había perdido la fuerza vital que le permitía mantener el orden cósmico y social y, por ello, debía ser eliminado incluso mediante una muerte violenta. Pero en época histórica, esta eliminación se había sustituido por una fiesta ritual llamada sed en la cual se renovaban las capacidades del faraón mediante una serie de ritos oscuros que se celebraban en capillas especiales. Esta teoría dual de la monarquía, al gobernar el Alto y el Bajo Egipto, se reflejaba en la representación del monarca con dos coronas: la corona blanca del sur y la corona roja del norte. En la práctica, la dualidad queda de manifiesto en las dos sedes de la administración del Estado, la casa blanca del sur y la casa roja del norte, cuyo nexo era la persona del rey.